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sábado, 27 de febrero de 2010

Un suspiro sin aliento

Todo un país descansa, algunos se entretienen, otros se recuperan en las clínicas y hospitales. Otros tantos se mueven de un punto a otro. Hay quienes están trabajando. Deben haber miles que están solos y millones junto a los suyos.


Pero nadie de ellos espera una fuerza natural tan tremenda como la que azota a nuestro país en estos instantes.

Durante 3 minutos y fracción vivimos la destrucción de nuestro esfuerzo, opacarse nuestra esperanza, angustias por no saber de nuestros seres más queridos. A veces las cosas son relativas, o al menos creemos verlas así, pero de una cosa estoy absolutamente seguro; la vida es implacable. No toma decisiones y no consulta nuestra opinión. Simplemente actúa, por naturaleza. No discrimina, ni piensa en las consecuencias de sus actos. No es justa, pero tampoco tiene una tendencia. Cambia, se retuerce, florece. Es capaz de entregarnos maravillosos momentos, maravillosas imágenes, increíbles experiencias. Y lo mejor de todo es que solo ES.

"Uno busca lleno de esperanza"... ella entrega sin esperar recompensa! El don de la palabra no actúa como la inteligencia. Y la naturaleza es capaz de leer nuestros sentimientos. Los comprende, los entiende y quizás los comparte, pero no puede hacer nada al respecto, porque no siente, porque no proyecta, porque no lo necesita. No se enferma, la destruyen. No se angustia, la restringen. Deja su huella y se olvida. Envía señales que no se toman en cuenta.

Vamos Chile mierda!