Sin saber que lo que decía se oía con facilidad, y cuando determiné que no podía seguir, logré sobrepasar el primer obstáculo.
Eso me obligó a permanecer en el camino, destruido, desganado, adolorido. Pero cada sinapsis neuronal que logré generar, impulsó mi destino hacia la cumbre. Hacia lo más alto. Hacia mí!
martes, 7 de abril de 2009
Talento oculto
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Regalos,
sin ir más lejos
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